Impacto ambiental de lavar la ropa: temperatura, secado al aire y secadora
- Sustainable Teacher
- 2 feb
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 20 ago
En este artículo vamos a hablar de algo que hacemos casi todos los días sin pensar demasiado en ello: lavar la ropa.
Una tarea doméstica que descubrimos en cuanto nos independizamos y que, aunque necesaria, tiene un fuerte impacto ambiental según cómo la hagamos.
Desde la temperatura del agua que utilizamos hasta la decisión de secar al aire o en secadora, cada paso implica más (o menos) emisiones de dióxido de carbono.
Y créeme: los números sorprenden.
¿Cuánto contamina lavar la ropa?
Lavar la ropa parece una actividad rutinaria, pero detrás de cada ciclo de lavadora hay un consumo de energía eléctrica, que se traduce en emisiones de CO₂ a la atmósfera.
El factor clave está en la temperatura del agua.
Calentar agua es uno de los procesos que más energía consume en el hogar.
Cuanto más alta es la temperatura, mayor es la huella ambiental de ese lavado.
Veamos los datos:
Agua fría (20 °C):
Un lavado emite unos 0,6 kg de CO₂ equivalente.
Para que te hagas una idea, es el mismo consumo energético que tener un horno encendido durante 1 hora.
30 °C:
La cifra sube a 0,7 kg de CO₂.
Muchos detergentes ya especifican “efectivo a partir de 30 °C”.
40 °C:
Alcanzamos los 0,9 kg de CO₂, lo que supone un tercio más que lavar en agua fría.
Es habitual usar esta temperatura para toallas o ropa con más suciedad.
60 °C:
Se dispara hasta 1,5 kg de CO₂ equivalente, es decir, más del doble que a 20 °C.
Sería como tener el horno encendido durante 2 horas seguidas.
Secar la ropa: al aire o en secadora
Si la temperatura del agua influye mucho, el secado es aún más determinante.
Secado al aire:
Es la opción más sostenible. Cero emisiones y un gasto energético nulo (más allá de tu esfuerzo de tender).
Secadora:
Un ciclo de unas 2 horas emite alrededor de 3,3 kg de CO₂ equivalente.
Esto equivale a tener un horno encendido durante 6 horas.
Casi seis veces más que un lavado en agua fría.
¿Qué significa esto en la práctica?
Resumiendo:
Lavar a 60 °C contamina más del doble que lavar a 20 °C.
Lavar a 40 °C emite un tercio más que lavar en frío.
Usar secadora multiplica por 6 el impacto frente a secar al aire.
Cada decisión que tomamos al hacer la colada afecta directamente a nuestra huella de carbono.
Y aunque no lo notemos tanto en la factura de la luz, sí se nota en el medio ambiente.
Consejos para reducir el impacto de la colada
Lava en agua fría siempre que sea posible.
Hoy en día, la mayoría de detergentes están formulados para ser efectivos a 20–30 °C.
Reserva las altas temperaturas (40–60 °C) solo para casos necesarios.
Toallas con mal olor, ropa muy sucia o prendas que requieren desinfección.
Llena la lavadora.
Evita poner ciclos con poca ropa, porque consumes la misma energía para menos carga.
Seca al aire siempre que puedas.
La secadora debería ser la excepción, no la norma.
Cuida tus prendas.
Lavar con temperaturas altas no solo contamina más, también estropea la ropa antes, lo que hace que tengas que comprar más y, por tanto, generes más residuos.
Reflexión final
Lavar la ropa es inevitable, pero cómo lo hacemos sí depende de nosotros.
Si reducimos la temperatura, aprovechamos los detergentes modernos y priorizamos el secado al aire, estaremos ahorrando emisiones de CO₂ equivalentes a horas de horno encendido en cada lavado.
Pequeños gestos que, multiplicados por millones de hogares, pueden tener un gran impacto positivo en el planeta.
Así que la próxima vez que pongas una lavadora, recuerda:
20 °C siempre que se pueda.
40 °C solo si es necesario.
60 °C para casos puntuales.
Y secadora… mejor olvidarla.
Y si tienes que tender la ropa, aprovecha y mírate este vídeo 😉.
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