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Escapada rural a la Sierra de Guadarrama y Segovia: naturaleza, descanso y turismo sostenible

  • Foto del escritor: Sustainable Teacher
    Sustainable Teacher
  • 7 sept
  • 5 Min. de lectura

Actualizado: 8 sept

Este verano hemos decidido hacer una escapada rural diferente y desconectar unos días en plena naturaleza. Nuestro destino ha sido la pradera de Navalhorno, en Balsaín, dentro del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama. Un entorno privilegiado, rodeado de bosques, rutas de senderismo y pueblos con encanto, perfecto para descansar y también para aprender sobre sostenibilidad y medio ambiente.


A lo largo de tres días disfrutamos de alojamientos rurales, rutas por el monte, visitas culturales en Segovia y momentos de calma en plena naturaleza. En este artículo te voy a contar nuestra experiencia, con recomendaciones prácticas de sitios para visitar, qué hacer y cómo vivir un turismo más consciente y responsable.


Vídeo sobre Escapada rural a la Sierra de Guadarrama y Segovia: naturaleza, descanso y turismo sostenible

Alojamiento rural en plena naturaleza



Nos alojamos en un apartamento rural de Navalhorno, en Balsaín, muy cerca de La Granja de San Ildefonso. El lugar estaba perfectamente equipado: cocina, salón, dormitorio, baño y piscina comunitaria. Lo más importante, sin embargo, no era la comodidad material, sino la sensación de estar en medio del campo, con vistas a la sierra y rodeados de silencio y aire puro.


El alojamiento contaba con aerotermia para calefacción y refrigeración, lo que lo hacía más eficiente energéticamente. También incluía pequeños detalles sostenibles como detergentes ecológicos, vajilla reutilizable y opciones de reciclaje. Una de las cosas que más valoramos fue que la anfitriona se mostró muy atenta y nos explicó cómo funcionaba todo.


Durante la estancia, aprovechamos mucho la piscina y los espacios exteriores, sobre todo al volver de las rutas de senderismo. El descanso después de caminar por los bosques se agradece mucho más cuando puedes darte un baño fresco y leer un rato al aire libre.




Turismo de naturaleza: rutas en el Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama



Uno de los grandes atractivos de la zona es el senderismo. Hay rutas para todos los niveles, desde paseos familiares hasta excursiones más largas. Nosotros elegimos dos itinerarios muy recomendables:


  1. Ruta de las Pesquerías Reales. Es un camino histórico mandado construir por Carlos III a orillas del río Eresma, pensado para disfrutar del entorno mientras se pescaba. Es un paseo sencillo y muy agradable, rodeado de vegetación y con mucha sombra. Ideal para hacerlo en familia.

  2. Senderos por el valle de Valsaín. Estos caminos discurren entre pinares y permiten conocer la riqueza natural de la sierra. El canto de los pájaros y la tranquilidad del bosque hacen que sea una experiencia perfecta para desconectar.



El Parque Nacional cuenta además con una red de centros de visitantes y paneles informativos para conocer mejor la biodiversidad de la zona. Durante las rutas vimos vacas pastando, aves rapaces y huellas de fauna local. Una experiencia que nos recordó lo importante que es conservar estos espacios naturales.




Visitas culturales y turismo en Segovia



Aprovechamos nuestra escapada para dedicar un día a Segovia. La ciudad, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, es uno de los destinos más interesantes de Castilla y León.


Recorrimos el casco histórico empezando por el Acueducto de Segovia, símbolo indiscutible de la ciudad. Después paseamos por la Catedral, la Plaza Mayor y las calles llenas de historia. Por supuesto, hicimos una parada obligatoria para probar el famoso ponche segoviano, un postre tradicional que no puede faltar en ninguna visita.


Comimos en una hamburguesería de la Plaza Mayor que contaba con opciones vegetarianas, demostrando que la gastronomía local también puede adaptarse a diferentes estilos de vida. Terminamos el día visitando el Alcázar de Segovia desde el exterior y la Iglesia de la Vera Cruz, de planta dodecagonal, con unas vistas impresionantes del Alcázar al fondo.


Segovia nos recordó la importancia de combinar turismo cultural con turismo responsable: elegir restaurantes locales, apoyar al comercio de proximidad y respetar el patrimonio.




Centros de educación ambiental: aprender mientras disfrutas



Uno de los puntos fuertes de la escapada fue la visita al Centro Nacional de Educación Ambiental (CENEAM), situado en Valsaín. Es un espacio del Ministerio para la Transición Ecológica dedicado a la formación ambiental y la divulgación científica.


Nos impresionó la exposición sobre la casa ecológica, con ejemplos de cómo aplicar criterios de sostenibilidad en la vida cotidiana: uso eficiente de la energía, materiales reciclados, consumo responsable y reducción de residuos. También nos sorprendió una muestra de arte creada con escombros, que invitaba a reflexionar sobre el impacto de nuestros desechos.


El personal del centro nos atendió de forma excepcional. Nos explicaron detalles sobre la gestión forestal del parque, las zonas de protección y la historia del valle de Valsaín. Además, descubrimos que el centro cuenta con una biblioteca especializada en medio ambiente, abierta al público y con la opción de pedir préstamos, incluso devolviendo libros por correo postal.


También visitamos el Centro de Visitantes de Boca del Asno, un espacio más divulgativo pensado para familias y turistas. Allí se pueden ver audiovisuales, paneles explicativos y zonas de recreo para disfrutar en un entorno natural.




Gastronomía local y productos tradicionales



Uno de los grandes placeres de viajar es probar la comida de la zona. En Balsaín y alrededores hay pequeños obradores y panaderías con productos tradicionales. Compramos pan artesano, magdalenas, roscos de yema y pastas de piñón. La calidad y el sabor de estos productos son inconfundibles, y a la vez apoyamos a negocios locales que mantienen vivas las recetas tradicionales.


En la Granja de San Ildefonso también coincidimos con las fiestas locales, donde pudimos vivir el ambiente de las celebraciones populares. Aunque no era parte del plan inicial, fue una experiencia curiosa que añadió un toque distinto a nuestra escapada.




Turismo sostenible: pequeños gestos que marcan la diferencia



Durante la escapada intentamos mantener hábitos sostenibles que no solo sirven en la vida diaria, sino también cuando viajamos:


  • Usar botellas reutilizables en lugar de plástico de un solo uso.

  • Aprovechar el transporte público o caminar siempre que fuera posible.

  • Comprar productos locales y de temporada.

  • Reducir el uso de calefacción y aire acondicionado en el alojamiento, aprovechando la climatización natural.

  • Evitar dejar residuos en las rutas de senderismo, siguiendo la filosofía de “no dejar rastro”.



Viajar de forma sostenible no significa renunciar al confort, sino tomar decisiones más conscientes que reducen nuestro impacto en el entorno.






Nuestra escapada rural a la Sierra de Guadarrama y Segovia ha sido una experiencia enriquecedora en muchos sentidos. No solo hemos disfrutado de la tranquilidad del campo y de la belleza natural del parque nacional, sino que también hemos descubierto iniciativas educativas, productos locales y formas de hacer turismo de una manera más responsable.


Alojarse en un apartamento rural, recorrer rutas históricas, visitar Segovia, aprender en centros de educación ambiental y probar la gastronomía tradicional nos ha permitido desconectar del día a día y al mismo tiempo reconectar con la naturaleza y la cultura.


Este tipo de escapadas nos recuerdan que no hace falta viajar muy lejos para vivir experiencias únicas. A veces, los destinos más cercanos guardan los mejores tesoros.


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