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Mi kit zero waste: cómo reducir residuos fuera de casa

  • Foto del escritor: Sustainable Teacher
    Sustainable Teacher
  • 1 nov 2020
  • 5 Min. de lectura

Actualizado: 7 oct

En el vídeo de hoy seguimos con la serie sobre cómo llevar un estilo de vida más sostenible, y voy a enseñarte mi kit zero waste, es decir, el conjunto de objetos reutilizables que me acompañan cuando salgo de casa y que me ayudan a generar menos residuos.


Quizá tú también has conseguido mantener ciertos hábitos sostenibles en casa —comprar a granel, usar envases de vidrio, reciclar o compostar—, pero notas que, cuando sales, es mucho más difícil. A menudo no nos damos cuenta de que, con pequeños gestos o con una simple pregunta a un camarero o tendero, podemos evitar un montón de residuos.


Por eso, hoy te cuento cómo he ido reduciendo los desechos que produzco cuando estoy fuera y cómo puedes crear tu propio kit adaptado a ti.


Vídeo sobre Mi kit zero waste: cómo reducir residuos fuera de casa


1. Por qué necesitas un kit zero waste



En casa solemos tener control: sabemos qué compramos, cómo lo usamos y dónde tirarlo. Pero en la calle entran en juego la improvisación y la comodidad, y es ahí donde más plástico de un solo uso consumimos: vasos, bolsas, pajitas, envoltorios, cubiertos…


Mi kit zero waste me permite mantener mi estilo de vida sostenible también fuera. No se trata de ir cargando con medio supermercado encima, sino de llevar lo esencial para las situaciones más comunes: comprar comida, tomar café, hidratarme o picar algo.


El objetivo no es hacerlo perfecto, sino reducir lo evitable. Cada gesto cuenta.



2. La base: mi bolsa principal



Todo empieza con una bolsa de tela, tipo tote bag, de algodón. Es resistente, lavable y me sirve de “contenedor base” para el resto del kit.


Mi favorita lleva un mensaje que me encanta: Plastic Free. Y aunque todos sabemos que vivir sin plástico al 100 % es imposible (por ejemplo, en el ámbito sanitario o farmacéutico), sí podemos evitar el plástico innecesario: el de un envoltorio, una tapa o una bolsa que dura minutos.


Dentro de esta bolsa grande llevo otros cinco grupos de objetos que te detallo a continuación.




3. Bolsas reutilizables dentro de la bolsa



Llevo varias bolsas de distintos tamaños y materiales, según lo que necesite:


  • Una tote bag más pequeña para compras puntuales o para separar cosas.

  • Bolsas ligeras de tela fina para fruta o frutos secos.

  • Bolsas de silicona (como las del vídeo de mi cocina sostenible) para alimentos húmedos o grasos que podrían manchar la tela.



Estas bolsas ocupan poco espacio y evitan tener que aceptar bolsas de plástico o papel cada vez que compras algo.


Consejo: elige colores neutros y materiales duraderos, así podrás lavarlas y usarlas durante años.



4. Envoltorios reutilizables



Otra parte clave de mi kit son los envoltorios reutilizables.


Suelo llevar un Boc’n’Roll, que es más práctico que los típicos bee wraps porque se enrolla fácilmente y ocupa menos. Es ideal para comprar pasteles, bocadillos o dulces, y suele causar buena impresión: los tenderos ven que estás preparada, entienden que es una alternativa higiénica y, a veces, hasta se interesan por usarlo ellos mismos.


Llevar tus propios envoltorios no solo evita residuos, también genera conversación y conciencia.



5. Hidratación: botellas, termo y vaso



Aquí reconozco que soy muy de llevar “triple combo”:


  • Botella de agua reutilizable. En invierno uso una pequeña de cristal; en verano prefiero una de acero inoxidable de doble pared para mantenerla fresca.

  • Termo para café o té. Ideal para llevar bebidas de casa o pedirlas para llevar. En muchos sitios, como Starbucks, incluso te hacen un descuento por usar tu propio termo.

  • Vaso de acero inoxidable. Mi favorito para mercados, ferias o conciertos donde suelen dar vasos de plástico.



En algunos locales pueden no aceptar envases ajenos por motivos de seguridad (sobre todo desde la pandemia), pero cuando pueden hacerlo, la reacción suele ser muy positiva. A menudo los camareros te felicitan por la iniciativa y muchos clientes se animan a imitarlo.




6. Utensilios reutilizables para comer



Cuando como fuera, suelo llevar un pequeño juego de cubiertos sostenibles.


  • Spork (cuchara-tenedor de bambú). Ligero, sin metal, ideal para viajes o picnics.

  • Pajitas reutilizables. Las uso mucho, especialmente para bebidas con limón, para cuidar el esmalte dental.

  • Palillos chinos de acero inoxidable. Los uso en restaurantes asiáticos: saco los míos, aviso al camarero y listo. Los enjuago y los lavo al llegar a casa.



Puede parecer mucho, pero en realidad todo esto ocupa menos que un estuche de gafas y te evita usar cubiertos desechables.




7. Servilleta de tela



Parece un detalle menor, pero sustituir las servilletas de papel por una de tela cambia por completo la experiencia.


Siempre llevo una doblada dentro del kit. Nadie me ha puesto nunca una pega; a menudo, la gente ni se da cuenta. Durante la pandemia dejé de usarla por precaución, pero la he recuperado porque es uno de esos pequeños hábitos que ahorran residuos sin esfuerzo.




8. Envases y táperes



Por último, llevo uno o dos táperes de distintos tamaños, especialmente útiles si voy a comprar comida o postres para llevar.


Por ejemplo, cuando voy a una heladería, prefiero pedir el helado en un recipiente propio de cristal en lugar de usar tarrina desechable. Aunque algunos establecimientos todavía se muestran reticentes (por higiene o costumbre), cada vez más aceptan esta práctica.


Si las grandes superficies ya permiten usar tus propios envases, los pequeños negocios pueden hacerlo también. Solo necesitan ver que el envase está limpio y que es seguro.



9. Cómo empezar tu propio kit



No hace falta que compres todo a la vez. Empieza con lo básico:


  1. Una botella reutilizable.

  2. Una bolsa de tela.

  3. Un cubierto o vaso reutilizable.



Cuando veas que el hábito se consolida, añade lo que más uses: pajita, servilleta, táper…


Lo importante no es tener el kit más grande, sino el que realmente uses. Si vas a la oficina, prioriza el café y la comida; si haces senderismo, el agua y los envases; si te mueves por la ciudad, las bolsas y el termo.


Tu kit zero waste debe adaptarse a tu vida, no al revés.



10. Beneficios de adoptar este hábito



  • Reduces residuos visibles e invisibles (tapas, envoltorios, plásticos).

  • Ahorras dinero, porque ya no dependes de productos desechables.

  • Das ejemplo. Otros te observan y se plantean hacerlo.

  • Reivindicas con tus compras. Cada vez que eliges no consumir plástico, estás enviando un mensaje.

  • Te sientes mejor. Ser coherente con tus valores genera bienestar y motivación.





11. Conclusión: pequeños gestos, gran impacto



Mi kit zero waste puede parecer enorme, pero nunca lo llevo entero. Adapto su contenido según lo que voy a hacer: si voy a cenar, llevo mis palillos y servilleta; si voy a merendar, mi termo y mi vaso; si salgo a pasear, una bolsa para fruta o frutos secos y mi botella de agua.


La idea no es alcanzar la perfección, sino avanzar paso a paso hacia un estilo de vida más responsable y consciente.


Cuéntame en los comentarios:

¿Tienes tu propio kit zero waste?

¿Es más pequeño o más grande que el mío?

¿Nunca se te había ocurrido llevar uno?


Me encantará leerte y, por supuesto, nos vemos pronto.




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