top of page

Vlog de fin de semana sostenible: Pilates, comida zero waste y concierto con menos residuos

  • Foto del escritor: Sustainable Teacher
    Sustainable Teacher
  • 12 oct
  • 4 Min. de lectura

Un fin de semana diferente y sostenible entre Pilates, comida zero waste en Madrid y un concierto donde intento generar el mínimo residuo posible. Pequeños cambios que demuestran que disfrutar también puede ser una forma de cuidar el planeta.


Vídeo sobre Vlog de fin de semana sostenible: Pilates, comida zero waste y concierto con menos residuos


1. Un sábado que empieza con movimiento consciente



Suena el despertador y, aunque es sábado, la rutina empieza pronto. Desayuno tranquilo, café en mano y una hora más tarde toca clase de Pilates.

Mover el cuerpo es una parte fundamental de mi bienestar, y hacerlo en fin de semana me ayuda a mantener el equilibrio entre trabajo y descanso.


Esta vez he llevado mi camiseta del Betis, no solo por apoyar a mi marido, sino también porque el club tiene una iniciativa que me encanta: Forever Green, un proyecto de sostenibilidad en el deporte que busca reducir la huella ambiental.


Pequeños recordatorios de que la sostenibilidad también puede estar en los detalles del día a día, incluso en algo tan cotidiano como la ropa que llevamos.




2. Vuelta a casa: granola casera y yogur sostenible



Después del Pilates, vuelta a casa y ducha rápida. Me esperaba una mañana tranquila preparando granola casera y yogur natural, dos básicos de mi cocina sostenible.


He aprendido que cocinar desde cero no solo reduce envases, sino que me conecta con lo que como. En lugar de comprar cereales industriales llenos de azúcar y plástico, prefiero preparar mi mezcla con avena, frutos secos, sirope de arce y crema de cacahuete. En unos minutos, el horno hace el resto.


El yogur, igual de fácil: leche, un poco de leche en polvo y un cultivo natural. Todo en tarritos reutilizables, sin envases de usar y tirar.

Cocinar así es más lento, pero también más consciente. La sostenibilidad no siempre requiere grandes gestos, sino constancia y pequeñas decisiones bien pensadas.




3. Compras responsables y frutas de temporada



Otra de las rutinas del sábado es hacer la compra semanal, intentando priorizar productos locales y de temporada.

Últimamente compro en tiendas que permiten recoger los pedidos en cajas de cartón retornables o reciclables, y en la frutería de barrio, donde puedo elegir las piezas sueltas y sin envases.


Peras, manzanas, melocotones, tomates… alimentos sencillos pero sabrosos. Y siempre con bolsas de papel reutilizadas o de tela.

Comprar así no solo reduce residuos, también apoya a comercios que apuestan por una cadena más corta y ética.




4. Belleza y autocuidado conscientes



Antes de salir, aprovecho para preparar los accesorios del día: pendientes y anillo de plata que eran de mi madre, limpiados con jabón y bicarbonato (nada más sostenible que los trucos de toda la vida).


Y para el pelo, una crema de peinado natural que uso desde hace tiempo. No necesito muchos productos: solo los que realmente funcionan y que sean respetuosos con el entorno y con mi piel.


El cuidado personal también forma parte de un estilo de vida sostenible. No se trata de tener menos cosas por obligación, sino de usar lo que tenemos con más intención.




5. Comida zero waste con Crafting Natura



La comida del día fue especial. Quedé con mi amiga Marta, creadora del canal Crafting Natura, para ir a comer a uno de los restaurantes de Chef Bosquet, un referente en cocina saludable y sostenible.


Fuimos a Naked & Sated, donde apuestan por la filosofía zero waste y los ingredientes naturales. Los platos estaban deliciosos, con envases compostables y una presentación cuidada.

Charlamos largo y tendido sobre sostenibilidad, creatividad y cómo cada uno aporta su granito de arena desde su trabajo.


Comer así, sin prisa y con consciencia, también es parte del equilibrio que busco los fines de semana.




6. Tarde de cultura y calma en Madrid



Después de comer, nos acercamos a la Fundación Juan March, en el barrio de Salamanca.

Es un espacio precioso, con jardines, cafetería y una biblioteca abierta al público donde puedes leer o incluso llevarte libros en préstamo.


Nos sentamos en el jardín a leer y tejer, rodeadas de naturaleza y arte, en pleno centro de la ciudad.

Ese momento resume bien mi filosofía: no hace falta irse lejos para desconectar. Basta con buscar lugares que te inspiren y te permitan volver al presente.




7. Noche de concierto con menos residuos



El día terminó con un concierto de Lori Meyers, un grupo granadino de indie que me encanta.

Antes de salir, preparé un pequeño “kit de festival sostenible”: vasos de agua plegables y algunas cosas reutilizables, dentro de lo que el recinto permitía.


Aunque no se pueden evitar todos los residuos, sí se puede reducir mucho con un poco de planificación.

Durante el concierto, intenté mantener esa idea: disfrutar, bailar, conectar, pero sin dejar huella.

Y sí, me lo pasé genial.




8. Reflexión final: disfrutar sin dejar huella



Este fin de semana me recordó que la sostenibilidad no está reñida con el disfrute.

Podemos tener ocio, planes, descanso y movimiento, pero con más conciencia y menos prisa.


Desde cocinar tu propia comida hasta elegir cómo compras, qué usas o qué compartes, todo cuenta.

Y lo mejor de todo es que, cuando lo haces de forma natural, deja de ser un esfuerzo y se convierte en tu manera de vivir.




Conclusión



Ser profe sostenible, creadora de contenido y persona consciente a la vez no es fácil, pero cada paso importa.

Este vlog ha sido una forma de mostrar que la sostenibilidad no es renuncia, sino coherencia.


Y si te inspira, te animo a probar un fin de semana así: más simple, más lento y más verde.


Comentarios


bottom of page