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Outfits sostenibles de profesora: mis looks de una semana de invierno

  • Foto del escritor: Sustainable Teacher
    Sustainable Teacher
  • 21 feb 2021
  • 5 Min. de lectura

Actualizado: 15 ago

En el vídeo (y ahora en este post) te traigo algo diferente: un videoblog de mis outfits de la semana, o, dicho de forma más castiza, mis modelitos para ir a trabajar al instituto.


Este tipo de contenido es bastante popular en canales de profes, sobre todo en YouTube y TikTok, especialmente en perfiles de profesoras americanas. Me apetecía adaptarlo a mi estilo: mezclar moda sostenible, funcionalidad para el trabajo en el aula y un poco de inspiración realista para quienes también quieran vestirse bien sin dejarse un dineral ni llenar el armario de ropa que solo se usa dos veces.


Vídeo sobre Outfits sostenibles de profesora: mis looks de una semana de invierno

Lunes: Comodidad elegante con toques heredados


El lunes suelo optar por ropa que me resulte cómoda y me ayude a entrar en la semana sin complicaciones. Como siempre, empiezo por el peinado: una coleta sencilla con scrunchy. Este año, con suerte, a veces trenza, pero no me da la vida para rehacerme el pelo después de llegar al insti, así que la coleta gana por goleada. Los scrunchies que uso son normales, comprados este año, aunque alguna vez intenté hacerlos yo misma (spoiler: no quedaron bien).


Ese día llevaba un pañuelo de seda que era de mi madre. Es calentito, protege muy bien la garganta y, además, me encanta el toque elegante que aporta. Lo ato de manera que no se mueve en toda la mañana.


La sudadera es de algodón, muy cómoda, pero con un punto más arreglado gracias a unos detalles de puntitos y flecos que la elevan. Aunque parece marrón, en realidad es verde caqui tipo safari. La compré en Italia en 2015 y me ha salido buenísima: nada de bolitas después de tantos años.


Debajo, una camisa colorida de manga francesa (tres cuartos) que encontré en una tienda de segunda mano en la calle Velarde (Madrid). Abajo, unos Levi’s 501 clásicos comprados en otra tienda de segunda mano en La Latina. Como hacía frío, llevaba también leotardos de Calzedonia bajo el pantalón.


En cuanto al calzado, aunque en casa uso zapatillas cómodas, para trabajar llevo unas botas de Pikolinos. Las compré nuevas porque me costó encontrar de segunda mano un modelo que encajara bien y fuera impermeable. Mi idea siempre es que, si compro algo nuevo, sea bueno y me dure muchos años.


Clave del día: combinación de prendas heredadas, segunda mano y básicos de calidad que duran años.



Martes: Vintage y colores que favorecen


El martes repetí con un look cómodo y atemporal. Llevaba un jersey de algodón de hace años (de antes de mi etapa “sostenible”) y un pañuelo de viscosa que también lleva tiempo conmigo. El pantalón, otro veterano del armario.


La joya del look fue una camisa de lana con estampado de caballos y botones dorados, de Ralph Lauren, encontrada también en la tienda de segunda mano de la calle Velarde. No pica, abriga lo justo y me encanta el estampado.


Aquí aprovecho para mencionar algo que he aprendido gracias a la youtuber Elena HG: la teoría del color. Cuando elijo ropa nueva, procuro que esté dentro de la paleta que me favorece según mi tono de piel, cabello y ojos. Y de verdad que se nota: la luz de la cara cambia, y en vídeo se aprecia muchísimo.


Clave del día: ropa vieja pero cuidada + una pieza especial de segunda mano que aporta carácter.



Miércoles: El look precioso pero poco práctico


El miércoles opté por algo muy mono pero que me recordó lo importante que es la funcionalidad. Llevaba una rebeca antigua en buen estado, un mono (parece vestido) de la línea Join Life con un 25-50 % de poliéster reciclado, leotardos y calcetines con lazo comprados en Córdoba.


El problema: para ir al baño, tenía que quitarme la rebeca, desatarme la prenda y hacer un pequeño espectáculo. Además, ese día el mono empezó a descoserse. Aun así, el color y la forma me favorecen y me gusta usarlo para ocasiones en las que no tengo que moverme tanto.


Clave del día: la sostenibilidad también implica elegir prendas prácticas que no te compliquen la vida.



Jueves: Denim y prendas que aguantan años


El jueves llevé una chaqueta vaquera con más de ocho años, que sigue perfecta. El “vestido” en realidad era otro mono, pero este mucho más cómodo de quitar y poner que el del día anterior. Las medias y calcetines, de Calzedonia. El pañuelo era el mismo que usé otro día, y me lo quité al llegar al instituto.


Aquí reflexioné sobre algo importante: la durabilidad. La chaqueta, pese a los años, está intacta. Eso demuestra que si una prenda es buena desde el inicio y se cuida, puede acompañarte media vida.


Clave del día: invertir en prendas atemporales y de buena calidad puede reducir mucho la necesidad de comprar.



Viernes: Cierre de semana con calor y comodidad


Para acabar la semana, volví al pañuelo de seda heredado de mi madre, pero en blanco. La rebeca era de la marca Trucco, comprada hace años en Córdoba, y sigue sin bolitas. El jersey también es heredado de mi madre: se lo compró para ella, pero al llevar lana le picaba, así que terminó en mi armario.


Abajo, un vaquero negro de C&A, hecho con algodón orgánico. Me gusta mucho por la comodidad, aunque reconozco que el negro y la tiza no son amigos (por suerte, casi no uso tiza en mis clases).


Clave del día: heredar ropa de familiares es una de las formas más sostenibles y con más valor sentimental de ampliar el armario.



Complementos y joyas: menos es más


No lo había mencionado hasta el final, pero creo que es importante: casi siempre llevo los mismos pendientes, pequeños y de tuerca enroscada para no quitármelos ni para dormir. También uso dos anillos con valor sentimental: uno regalo de mi correspondant francesa y otro de Rafa.


En la muñeca, tres pulseras: una Pandora con piezas que me han regalado, y dos de Tous que recibí cuando terminé mi tesis. Es cierto que ahora optaría por joyería de plata reciclada, pero como ya las tengo y me recuerdan momentos importantes, las sigo usando.



Reflexiones sobre moda sostenible para profesoras


Después de mostrarte mis cinco outfits, creo que merece la pena dejarte algunas ideas que aplico cada semana para mantener un armario funcional, cómodo y con impacto reducido:

  1. Reutiliza y cuida: la ropa que ya tienes es la más sostenible. Si está en buen estado, no hay necesidad de reemplazarla.

  2. Compra de segunda mano: tiendas físicas, apps y mercadillos son excelentes para encontrar piezas de calidad.

  3. Apuesta por fibras duraderas: algodón orgánico, lana, lino o poliéster reciclado, pero siempre pensando en que dure años.

  4. Invierte en calzado bueno: si trabajas de pie todo el día, la comodidad y durabilidad son esenciales.

  5. Aprende qué colores y formas te favorecen: ahorrarás en compras impulsivas y usarás más cada prenda.

  6. Prendas prácticas para el día a día: un mono bonito puede ser un infierno logístico si no puedes ir al baño rápido.

  7. Complementos con historia: joyas o pañuelos heredados añaden valor emocional y estilo.



Conclusión


Esta semana me ha recordado que la moda sostenible no es tener un armario perfecto ni ropa 100 % ecológica. Es usar lo que ya tienes, cuidar lo que compras y elegir con intención cuando adquieres algo nuevo.


En mi caso, ser profesora implica moverme mucho, estar de pie, a veces pasar frío en aulas mal aisladas, y tener que mantener cierta imagen profesional. Todo eso lo mezclo con mi compromiso personal con la sostenibilidad.


Si tú también eres profe (o trabajas en cualquier sector con exigencias de vestimenta) y quieres ir cómoda, verte bien y cuidar el planeta, te animo a empezar por pequeños cambios: rescatar prendas olvidadas, probar con segunda mano o simplemente reparar en lugar de reemplazar.


Me encantaría que me dejaras en comentarios tus trucos, tus retos con la ropa de trabajo y qué te ha parecido este repaso a mis looks.Y, por supuesto, nos vemos en el próximo post o vídeo.

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