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Cómo preparar una maleta Zero Waste: guía práctica para viajar de forma sostenible

  • Foto del escritor: Sustainable Teacher
    Sustainable Teacher
  • 30 may 2021
  • 5 Min. de lectura

Actualizado: 18 ago

Viajar es una de las experiencias más enriquecedoras que podemos vivir. Nos permite desconectar, conocer otros lugares y disfrutar de tiempo en familia o con amigos. Sin embargo, también es una actividad que puede generar muchos residuos: envoltorios, plásticos de un solo uso, botellitas de hotel, bolsas innecesarias… Por eso, si queremos llevar un estilo de vida más sostenible, merece la pena reflexionar sobre cómo podemos reducir nuestro impacto incluso cuando hacemos la maleta.


En este artículo quiero compartir contigo cómo preparo mi maleta Zero Waste, paso a paso. No se trata de alcanzar la perfección —porque no existe—, sino de aplicar pequeños cambios que, sumados, marcan una gran diferencia.


Vídeo sobre Cómo preparar una maleta Zero Waste: guía práctica para viajar de forma sostenible


1. La elección de la maleta: calidad y reparabilidad



Antes incluso de meter ropa o accesorios, el primer elemento de cualquier viaje es la maleta. Y aquí el consejo es claro: invierte en una maleta de calidad.


Muchas veces compramos maletas baratas que duran apenas dos viajes. Las ruedas son las primeras en romperse, sobre todo si, como me pasa a mí, llenamos la maleta hasta arriba y tenemos que arrastrarla por aceras y calles, no solo por pasillos de aeropuertos.


Elegir una marca que ofrezca repuestos de ruedas, cremalleras y asas es fundamental. Firmas como Samsonite, aunque más caras, garantizan la posibilidad de reparar durante muchos años, evitando así tener que comprar una nueva. Incluso algunas colecciones actuales utilizan tejidos reciclados, lo que suma un plus de sostenibilidad.


La regla es sencilla: mejor reparar que reemplazar.




2. La ropa: orden, practicidad y menos peso



La ropa suele ser lo que más espacio ocupa en una maleta. Para mí, la clave está en:


  • Doblar con el método KonMari, que permite optimizar el espacio y visualizar todo de un vistazo.

  • Priorizar prendas versátiles, como vestidos que se combinan fácilmente con medias y pañuelos.

  • Usar capas en lugar de llevar ropa muy voluminosa: camisetas, chaquetas ligeras y un buen abrigo para invierno.

  • Complementar con accesorios pequeños, como un collar, que ocupan poco y transforman un look.



De esta manera, consigo llevar lo justo y necesario sin cargar de más.




3. Bolsas Zero Waste para organizar



Uno de los puntos donde más plástico se gasta al hacer la maleta es en las bolsas desechables para ropa sucia, zapatos o ropa interior. La alternativa es mucho más sencilla y sostenible: bolsas reutilizables de tela o materiales reciclados.


En mi caso utilizo:


  • Bolsas que venían con bolsos o zapatos (por ejemplo, de El Corte Inglés o Salvador Bachiller).

  • Bolsas hechas a partir de paraguas rotos: cuando un paraguas se rompe, descoso la tela, la lavo y coso bolsas resistentes e impermeables, perfectas para ropa húmeda o de gimnasio.

  • Bolsas de tela promocionales, esas que suelen dar en ferias o tiendas, que reutilizo para zapatos, cargadores y accesorios.



Estas soluciones, además de ser más resistentes, evitan generar bolsas de plástico en cada viaje.




4. Zapatos y complementos



Los zapatos ocupan bastante espacio y, además, suelen ensuciar. En lugar de envolverlos en bolsas de plástico, los guardo en bolsas de tela reutilizables. Si son botas grandes, aprovecho bolsas amplias que tengo desde hace años.


Los complementos (bufandas, gorros, guantes) los llevo también en bolsas de tela para mantener todo ordenado.




5. Electrónica y cargadores



En un mundo hiperconectado, los cargadores del móvil, la tablet o el ordenador son imprescindibles. Para mantenerlos organizados, utilizo una bolsa de tela exclusiva para todos los cables y cargadores. Así no se enredan con la ropa y sé siempre dónde encontrarlos.




6. Higiene y cosmética: el mayor reto Zero Waste



El neceser es probablemente la parte más difícil de mantener sostenible porque casi todo viene en envases de plástico. Aun así, he incorporado varias prácticas que reducen bastante el impacto:


  • Desodorante convencional reutilizando envase: aunque no he encontrado un desodorante sólido que me funcione, reutilizo envases y opto por marcas respetuosas.

  • Suero nasal casero: reutilizo una botellita comprada hace tiempo y preparo mi propio suero fisiológico.

  • Crema corporal casera: la guardo en un tarro reutilizado, envuelto en papel de periódico para evitar derrames.

  • Champú y acondicionador sólidos: transportados en latitas metálicas reutilizables.

  • Jabón en pastilla: dentro de una bolsita de malla, que me permite colgarlo en la ducha y mantenerlo seco.

  • Toallitas desmaquillantes reutilizables: hechas a partir de toallas viejas recortadas y cosidas. Se lavan y se reutilizan muchas veces.

  • Cepillo de dientes de bambú para viajes: aunque en casa no me funcionan por la humedad, los aprovecho en viajes cortos.

  • Pasta de dientes ecológica o muestras pequeñas (que aprovecho solo si me las dan, evitando pedirlas).



El neceser en sí también es reutilizado: era de mi madre, tiene muchos años y aún funciona perfectamente.




7. Maquillaje y accesorios personales



El maquillaje que llevo es muy básico y siempre intento que sea de marcas ecológicas o de bajo impacto. Lo guardo en un neceser de plástico reciclado que compré hace tiempo y que sigo usando.


También llevo:


  • Scrunchies (coleteros) para el pelo.

  • Horquillas y accesorios pequeños.

  • Una cuchilla reutilizable.



No todo es perfecto, pero el objetivo es reducir al máximo dentro de lo posible.




8. Consejos adicionales para viajar Zero Waste



A lo largo de los años, he aprendido que no se trata solo de lo que metes en la maleta, sino también de cómo viajas:


  1. Lleva tu propia botella reutilizable para agua.

  2. Evita comprar productos de un solo uso en el destino: pañuelos, bolsas, cubiertos… siempre puedes llevar alternativas reutilizables.

  3. Usa ropa que realmente vayas a ponerte: evita “por si acaso” que terminan volviendo sin usar.

  4. Minimiza el consumo en hoteles: lleva tu propio gel y champú para no usar botellitas individuales.

  5. Apuesta por lo local y sostenible en tus compras del destino.





9. La filosofía detrás de una maleta Zero Waste



Más allá de los objetos concretos, lo que importa es la mentalidad. Una maleta Zero Waste es reflejo de un estilo de vida que busca generar menos residuos, reutilizar lo que ya tenemos y consumir de forma consciente.


No se trata de culpabilizarnos si algo no es perfecto, sino de reconocer que cada gesto suma. Como digo siempre, no todo debe recaer en los individuos: empresas y gobiernos tienen que asumir su responsabilidad. Pero mientras ellos avanzan, nosotros podemos hacer nuestra parte.




Conclusión



Preparar una maleta Zero Waste no es complicado ni caro. Se trata de ser creativos, reutilizar materiales y apostar por alternativas que alarguen la vida de los objetos. Desde bolsas hechas con paraguas rotos hasta neceseres heredados o ropa doblada con método KonMari, cada detalle cuenta.


Lo importante es recordar que viajar de forma sostenible es posible y que, aunque cada acción sea pequeña, juntas tienen un gran impacto.


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